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NAPLES, Florida, Terry y Debby Kays, quieren desarrollar lo que ellos llaman “cohousing” (viviendas cooperativas), donde las familias viven una al lado de otra en una comunidad en la cual funcionan con una misión compartida para cuidar a sus seres queridos con autismo u otras discapacidades. El concepto supone una vivienda a largo plazo segura, asequible y sostenible financieramente.
Los Kays operan un grupo de apoyo local sin fines de lucro llamado “Adonis Autism”.
El nombre previsto es “Osprey Village” (Aldea de Osprey), y los Kays están buscando familias que se unan a ellos.
“Lo que tenemos que hacer es apoyar a estas familias”, dijo Terry Kays.
La pareja conoce, de primera mano, la situación de las familias que tienen un niño o un niño adulto con discapacidad.
Debby Kays tiene un hijo, Walter, de 23 años, que tiene autismo. Vive otra vez con ellos en casa en North Naples después de un intento fracasado en un hogar de grupo local.
La idea de la aldea de Osprey es similar a comunidades mayores con servicios de apoyo, dijo Terry Kays.
“La Co-vivienda consiste en un grupo de familias auto-organizadas y con financiación propia que se unen para desarrollar una comunidad de apoyo”, dijo. “Es de gestión familiar”.
Hay cerca de 130 comunidades de viviendas de gestión familiar en el país similar al concepto de la aldea de Osprey, pero ninguno en la región suroeste de la Florida, dijo Terry Kays.
Las comunidades pueden diseñarse de diferentes maneras, pero un principio fundamental es que las familias deciden la estructura.
Kays calcula que el costo para cada familia estaría aproximadamente entre $200.000 y $250.000, pero mucho de eso depende del costo del terreno. Se necesitan al menos siete acres pero 10 acres es más ideal.
Una característica de diseño clave es que sea un conjunto de casas unifamiliares, casas tipo town-house o una combinación con un pasillo peatonal para la seguridad.
Henning presenta en papel algunos conceptos para la aldea de Osprey con casas y un centro comunitario para que las familias consideren las posibilidades.
El arquitecto interesado en el proyecto sugiere un centro comunitario o “casa común” que sirva para compartir actividades, aulas y otros servicios. La casa común ofrece un beneficio a las familias al poder compartir tareas, según el folleto que presenta a la comunidad.
“Muchos padres son padres solteros y tenemos que trabajar”, dijo Debby Kays.
Desde que los Kays comenzaron a trabajar en la aldea de Osprey, ya tienen 6 familias interesadas en participar en el proyecto.
“Necesitamos 20”, dijo Kays. “Esa es nuestra meta”.
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