Artículo 7
Solo quiero que mi hijo(a) sea más feliz…
Déjeme hacerle una pregunta:
¿Qué les produciría felicidad y alegría a su hijo y a si mismo?
La mayoría de los padres responden espontáneamente: hablar y caminar. “¡Si tan solo pudiera caminar!”, “¡ si solo pudiera hablar!”
Pero, ¿está seguro de que eso es lo que realmente haría a su hijo (a) más feliz?
Como seres humanos, tenemos la tendencia de ver las cosas a través de nuestro propio lente, a través de nuestra realidad, que no es necesariamente la realidad de nuestros hijos. Hablar y caminar son parte esencial de nuestra felicidad y muchos padres están dispuestos a hacer cualquier cosa (incluso muy a menudo de forma exagerada) con el fin de traerlo a nuestra realidad, en lugar de respetarle la suya. Con demasiada frecuencia, este inmenso deseo de llevarlo a lo que consideran el “paraíso”, se convierte en un “infierno” para el niño, en vista de que los resultados de la estimulación excesiva y la constante insatisfacción pronto asumen el control toda la razón.
Es por ello que es tan imprescindible cambiar todo el enfoque de la rehabilitación y centrarse en el aspecto humano y plantearlo más precisamente hacia el “ser humano”.
Esto implica dejar de evaluar “cuántos metros”, “cuántos segundos” está su hijo(a) alcanzando y más bien mirar lo fundamental: ¿cuál es su repertorio?; ¿cuál es su capacidad para expresarse?; desarrollar su propia personalidad; explorar el mundo. Tiene que cercarse a una perspectiva más humana en vez de estar pendiente del “aspecto mecánico” que anda mal, y dejar de medir constantemente la distancia, la longitud, el tiempo, etc….
La felicidad y la prosperidad se entrecruzan y se conectan una con la otra.
Y esto sucede en 3 niveles:
Nivel 1: El contacto humano:
traducido en amor incondicional independientemente de lo que puede o no hacer.
Nivel 2: La prosperidad propiamente dicha:
Si el niño está luchando fuertemente y enfrentando diariamente dificultades metabólicas, es muy difícil tanto para él (ella) y para la familia misma el poder experimentar una verdadera felicidad. Es aquí donde el concepto de Vitalidad y Vigor versus Vulnerabilidad y Fragilidad explicado en previo artículo tiene relevancia y debe ser una prioridad sobre cualquier deseo de desarrollo motor.
Este es EL elemento central.
Nivel 3: La construcción sistemática e inteligente de los bloques que debe preceder al desempeño,
dígase: robustez, segmentación, descarga de peso, posicionamiento en piloto automático, etc.
¡Y esto implica un cambio radical de las expectativas! No se trata del “hacer” a toda costa, se trata de desarrollar el lienzo del “ser”, lo que es también la base de la felicidad.
Muchos padres miran a sus niños como una ”máquina averiada que debe ser reparada”. ABR los ve como individuos únicos, con su propio carácter, sensibilidad, conciencia, pensamientos, amor a la vida, dignidad y trabaja en ellos para que logren crecer y prosperar como seres humanos a través de su metamorfosis estructural.